Skeleton Warriors

Antes que videojuego, Skeleton Warriors fue una serie de dibujos animados que nos planteaba la sempiterna lucha entre la luz y la oscuridad. Y si le encuentras alguna similitud con He-Man no es de extrañar, ya que el live-action de Masters of The Universe, fue dirigido por el creador de Skeleton Warriors, Gary Goddard.

Se planificó como uno de esos productos noventeros preparados para arrasar, invadiéndonos con ropa, juguetes, increíbles figuras de acción, juegos de mesa, comics... merchandising como para conquistar el planeta, incluyendo el videojuego que nos ocupa.

El juego presenta unos acontecimientos simplificados respecto a la serie. Aquí no encontraremos conflictos morales, ni enseñanzas sobre el valor de la familia, ni sobre la importancia de confiar en los demás a pesar de nuestras diferencias, ni de las consecuencias que acarrean nuestros actos, pilares en los que se asienta la serie.

El lightstar es un artefacto que proporciona energía a la ciudad de Luminicity, su poder místico es la razón a tanta prosperidad y mantiene a sus habitantes a salvo de las tinieblas. Mientras el pueblo llora la muerte de su Rey, el Barón Dark aprovecha la ocasión para robar el artefacto. El principe Justin descubre el plan del Barón y trata de impedírselo. Durante el forcejeo, la estrella se parte en dos fragmentos, otorgando poderes sobrehumanos a ambos personajes.

En ese momento, el corazón justo de Justin asimila la luz del cristal, mientras que la maldad que habita en el Barón, atrae la oscuridad y le convierte en un temible esqueleto capaz de transformar, también en esqueletos, a los corazones impuros como él. La misión del jugador será vencer al Barón y recuperar el otro fragmento de cristal, devolviendo la paz a su ciudad natal ahora en decadencia.

En el año 96, la prensa a mi alcance elogió aspectos como sus grandes dosis de acción, sus variados niveles, efectos gráficos (por cierto, el plano de niebla no está en PlayStation, ni las partículas de nieve). Perdón, que me lío. Como decía, esas revistas, siempre presentes en mi grupo de amigos, elogiaron su variedad y calidad técnica. Es más, también elogiaron la banda sonora, una banda sonora con problemas que no podéis ni imaginar, en seguida lo explico. Si os gustan las curiosidades y rarezas, esperad un momento.

Con comentarios tan positivos merecía la pena alquilarlo, pero al jugar por primera vez no quedé conforme, me provocó sentimientos encontrados. Y ahora, 26 años después, mi conclusión es la misma: no entiendo cómo esos adultos en los que confiaba le otorgaron notas tan altas. Y creo que tú, sin necesidad de jugar, vas a entender rápidamente mi punto de vista.

Los escenarios de Skeleton Warriors se componen de varios fondos 2D y un camino en primer plano construido en 3D, generando una sensación de profundidad similar a Clockwork Knight. Técnicamente es solvente, aunque se ve empobrecido por otros aspectos, como su diseño. Son pocos los niveles que sorprenden de verdad, la mayoría son muy sosos, vacíos, y algunos, como Simiania, son absurdos de principio a fin.

Me tengo que recrear en Simiania, ya que para mí es el punto donde Skeleton Warriors toca fondo y empiezas a temer por si lo que está por llegar pudiera ser todavía peor. Es un nivel horrendo, y los chillidos de los simios son insoportables, sin embargo, contemplad esto y decidme que no ha merecido la pena llegar hasta aquí. Es majestuoso, no lo comprendo, pero ahí está, fascinante (ver imágenes). Simiania es parte del mundo de Skeleton Warriors, lo podéis comprobar en la serie. Esta reimaginación es... desconcertante.

En Skeleton Warriors no falla la técnica, sino la ejecución, sucede exactamente lo mismo en el apartado jugable. Por un lado, el control responde a las mil maravillas (bueno, casi siempre), en general funciona muy bien, pero por otro lado, no transmite la rudeza del cambate, la emoción, la épica... Es indudable que hay ritmo y enemigos suficientes para armar un buen festín de huesos y explosiones, en ese sentido, muy bien, pero el control es demasiado ligero, le falta contundencia.

Tampoco los jefes finales aportan mucho, los acabas venciendo del mismo modo lastimoso que a cualquier otro enemigo, saltando de aquí para allá sin demasiada habilidad, ni estrategia, ni elegancia. A medida que van pasando los minutos, las oleadas de enemigos se vuelven cada vez más anodinas, y no es hasta los últimos niveles, en los que se añaden más plataformas, fosos, enemigos y se percibe mayor dificultad, cuando Skeleton Warriors cobra mayor interés.

Creo que Hobby y Super Juegos encumbraron un título normalito como una propuesta de notable alto, casi excelente. En mi opinión, se dejaron engatusar por sus gráficos modernos, animaciones fluidas, secuencias de vídeo y unos niveles 3D bastante normaluchos, inspirados, supongo, en Super Star Wars. No he hablado de ellos porque son irrelevantes; si te derriban, no importa, pasas al siguiente nivel como si nada.

Queda algo más por tratar, la banda sonora de Tommy Tallarico, quien ya era una figura conocida en la industria. Debido a un error durante el proceso de masterización o duplicación, nunca la pude disfrutar al completo. El juego editado en Europa es defectuoso, muchas pistas de audio están en blanco o llenas de chasquidos insoportables.

Hasta la pista número 7 hay algún error, nada gravísimo. En la octava pista, la melodía está cortada; de repente, silencio y una sucesión de chasquidos. Las número 9, 10 y 11 son pistas en blanco con molestos chasquidos cada diez segundos. Imaginad lo que fue jugar a esto en 1996, daba miedo, parecía que la consola tuviera problemas, pero es que además, molestaba mucho, dañaba la ambientación. De la 12 a la 16, más pistas en blanco, y para terminar, la pista 17 también está cortada, no comienza hasta el minuto y viente segundos.

El primer Skeleton Warriors que alquilé estaba defectuoso. El Skeleton Warriors que heredé estaba defectuoso. Y los que descargué de internet para asegurarme, siempre refiriéndome a la versión europea, ¿sabéis qué? Defectuosos también. Creo que la prensa, por lo menos la española, nunca se hizo eco de esta distribución infame que nos colaron en Europa. Y no conozco más remesa que ésta, podría estar equivocado, pero creo que no, creo que todos los Skeleton Warriors europeos son así.

De todas formas, Skeleton Warriors no es un completo desastre, posee cualidades técnicas y sonoras destacables, y un aspecto muy singular, con un aire a cine fantástico entre Evil Dead y Conan, incluso recuerda un poquito a Castlevania si le echáis imaginación. Lo terminé en su época y lo he vuelto a terminar ahora, varias veces. Al final, no puedo negar que me lo he pasado bien recordando este primer juego de Neversoft, un equipo que poco después alcanzó la fama mundial con Tony Hawk's Skateboarding, quién lo diría.

Gracias por acompañarme. Jugad a Saturn, hasta que los dedos duelan. Nos vemos por Saturno.

Análisis en vídeo de Skeleton Warriors

Los niveles

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Trucos y consejos

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